Prueba de Inclinación
La prueba de inclinación (también conocida como prueba de mesa inclinada o de mesa basculante) se realiza para evaluar cómo responde el organismo a los cambios de posición, especialmente cuando una persona pasa de estar acostada a estar de pie. El objetivo principal es detectar problemas en el control de la presión arterial y la frecuencia cardíaca que podrían indicar transtornos como el síncope o desmayos frecuentes.
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Durante la prueba, el paciente se acuesta en una mesa especial que luego se inclina gradualmente hacia una posición casi vertical (a 70 grados), mientras se monitorean sus signos vitales. Los cambios en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y cualquier síntoma de mareo o desmayo se registran cuidadosamente para detectar posibles anomalías.
Estas pruebas son útiles para diagnosticar condiciones como el síncope neuro cardiogénico, hipotensión ortostática, o trastornos del sistema nervioso autónomo (disautonomías), asegurando que el médico pueda identificar las causas de los desmayos o mareos y establecer el tratamiento adecuado.
¿Cuándo está indicada la prueba de inclinación?
La prueba de inclinación se realiza en diversas situaciones clínicas, especialmente cuando hay sospecha de problemas relacionados con la regulación cardiovascular. A continuación, se detallan las circunstancias más comunes en las que se solicita esta prueba:
A quien va dirigida:
- Pacientes que experimentan desmayos o pérdida de conciencia recurrentes
- Personas que sufren de mareos o vértigo inexplicables al cambiar de posición
- Individuos diagnosticados con hipotensión ortostática o que presentan síntomas relacionados
- Pacientes que requieren una evaluación prequirúrgica debido a antecedentes cardiovasculares
- Personas con trastornos del sistema nervioso autónomo que necesitan una evaluación de su función cardiovascular
- Pacientes que buscan investigar las causas de una fatiga inexplicada
- Individuos con enfermedades crónicas que requieren monitoreo de su regulación cardiovascular